Indignación es una palabra que en este caso coincidiría con un sentimiento universal como es el de perder a tu familia, ser querido u conocido a manos de un acto terrorista. A todos desde la moral y la pasión nos invade un sentimiento de casi eterna venganza y nunca, nunca habría una justicia universal suficiente como para remediar el dolor y el recuerdo.
En mi entrada de hoy me gustaría hablar de esta doble moral, que da lugar a confusiones alejadas de un análisis más o menos crítico. Y de cómo el no uso de la razón en estos casos puede llegar a meterse poco a poco en temas de verdadera injusticia que está alejada años luz de las partes "iguales".
Comencemos por la famosa decisión del Tribunal de DDHH de Estrasburgo sobre la Doctrina Parot, que aplicando uno de los principios básicos del Derecho (la no retroactividad de las condenas) ha eliminado la aplicación de la misma dando lugar a la puesta en libertad de principalmente miembros del movimiento de liberación nacional vasco, ETA.
A ojos de las justicia estos miembros han cumplido con la ley. El Código Penal vigente en aquel momento no permitía superar más de los 30 años en prisión. Eso es todo, no han salido a los dos días, ninguno de ellos ha cumplido menos de 20 años en prisión.
Se pueden debatir muchas cosas, muchísimas, pero lo que no se pone en duda es el cumplimiento con el Estado Democrático en el que (supuestamente) vivimos, y eso nos lo tienen que decir desde fuera, como prácticamente todo. Ahora bien, me llaman la atención todos aquellos "demócratas", partidarios de la unión y la justicia, que se tornan solidarios con (algunas) víctimas y ofrecen su particular apoyo contra el Gobierno Español para exigir más justicia una y otra vez formando así grupo de presión.
Todo esto abanderados muchos de ellos con símbolos que quieran o no, son preconstitucionales y que paradójicamente a la vez esconden y representan el mayor acto terrorista contra una democracia como lo fue aquel golpe de Estado de Julio del '36.
La España coja, tuerta y manca. Las dos caras de una misma moneda que siempre cae por la misma cara, aunque se maquille a veces para intentar disimular el truco.
Volvemos al siglo XXI,y lideramos un ránking: "segundo país del mundo tras Camboya con mayor número de personas víctimas de desapariciones forzadas cuyos restos no han sido recuperados ni identificados. 114.000 desaparecidos." 200.000 víctimas mortales.
La transición pactada entre cuatro paredes cual soporte legal se ha convertido en perpetuo, y por ello se extiende en el tiempo atrapado en el limbo de Democracia en la que vivimos... nos lleva a esto. A ningún juzgado ni condenado después del régimen, partidos políticos que se autodenominan democráticos y no condenan golpes de Estado ni actos puramente terroristas en su máxima esencia y a gran escala.
Tal vez porque saben de donde vienen. Saben qué víctimas interesan, qué sentimientos interesan mientras se olvidan de que la realidad en la que viven la pelearon 200.000 personas anónimas que hoy en día se han quedado con una "Ley de memoria histórica" que es poco menos que papel mojado. Una vez más y desde fuera, esta vez desde Argentina, tiene que intentar venir la justicia a sacarnos los colores...
Tal vez porque saben de donde vienen. Saben qué víctimas interesan, qué sentimientos interesan mientras se olvidan de que la realidad en la que viven la pelearon 200.000 personas anónimas que hoy en día se han quedado con una "Ley de memoria histórica" que es poco menos que papel mojado. Una vez más y desde fuera, esta vez desde Argentina, tiene que intentar venir la justicia a sacarnos los colores...

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