domingo, 17 de noviembre de 2013

Llueve sobre mojado.

Aprovecho el clima de Madrid para rescatar expresiones hechas en el castellano, que parecen simples y obvias, raquíticas incluso, pero resulta que detrás llevan toda una carga significativa que no para de ser válida ni atrasada a su tiempo. 

Hoy la situación atmósferica de Madrid lo dice, pero yo lo veo todos los días sin que sea tan obvio, cuando enciendo la televisión y me topo con el telediario de turno, cuando echo un vistazo a la prensa del día. A los tópicos de una conversación cualquiera, la relación entre los seres humanos, el ciclo de los años cuando uno deja de crecer, la rutina, las estaciones, los propios movimientos de rotación y traslación en la tierra, la composición de un ciclo, de un círculo, que se repite, que reitera una y otra vez pero nunca de la misma manera, aunque siempre permanentemente. Los seres vivos cumplimos unas funciones circulares que a todos nos enseñaron en el colegio: nutrición, relación y reproducción. Con salvedades de esta última parece que la teoría es clara. 
El mundo es circular todo lo que alberga en él en mayor o menor medida lo es. Existe aquella teoría que predica aquello de "cada cual sea dueño de su destino",olvidando completamente cada uno de los condicionantes que todos poseemos. 

Por lo tanto, llueve sobre mojado. No podemos aportar nada nuevo, todo sigue igual, las cosas y la vida en general siguen girando de la mano de tópicos, normas, reglas que siempre se cumplirán, pase lo que pase. Aunque nada sea igual siempre es parecido. 

Como dicen Paez y Sabina en su canción: bla bla bla bla bla.





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